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Los expedientes jurídicos se leen como revistas de anime, comenzando
de atrás para avanzar hacia enfrente. Esto se debe a que los autos de
formal prisión, las resoluciones, los alegatos, los amparos y las
sentencias se van anexando de manera que al final queda el resumen de lo
que viene antes. De este modo si uno quiere saber qué pasó, y confía en
el sistema de repartición de justicia de este país, puede simplemente
leer la sentencia al final del expediente y sentirse satisfecho porque
el criminal esta por fin en la cárcel pagando sus culpas.
Desafortunadamente la mayoría de los expedientes jurídicos están tan mal
escritos que es casi imposible seguir una narratividad de los hechos
que se cuentan. Tal vez por esas redacciones llenas de errores
gramaticales los expedientes anacolutos son semi ilegibles y los jueces
dan sentencias que no concuerdan con la verdad. Continúa información
Firma la petición de Amnistía Internacional
Publicado en Nuestra aparente rendición NAR
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